¡Y el adelgazamiento la corrige!
Antes mencionamos que la evidencia demuestra que al aumentar de peso y especialmente nuestro perímetro de cintura, nuestras células disminuyen su respuesta a la insulina (insulinorresistencia).
¿Cómo se explica eso?
Dado que la insulina favorece la entrada de nutrientes a las células, su menor respuesta a la hormona sería una forma que ellas tienen para defenderse del excesivo aporte sin un gasto simultáneo que lo compense.
¡Entonces bienvenida la insulinorresistencia y sigo en mis trece de comer mucho y moverme poco!
No es tan simple: para compensar la insulinorresistencia las células productoras de insulina deben liberar más insulina, lo que recarga su trabajo y puede hacerlas fallar facilitando el desarrollo de DT2. En consecuencia, adelgazar adoptando un estilo de vida saludable es la forma más efectiva de disminuir la carga de trabajo de esas células y prevenir así el desarrollo de DT2 o controlarla mejor si ya está presente…
¿Hay evidencias que apoyen esta explicación?
Si las hay, pero adoptar un estilo de vida saludable implica conocer en qué consiste y qué beneficios proporcionará a su salud. Analicemos ambas cosas.
Un estilo de vida saludable tiene dos componentes esenciales:
- la selección inteligente de comidas y bebidas sabrosas y convenientes, y
- la práctica regular de actividad física atractiva y gratificante.
Beneficios demostrados:
Estados Unidos, Finlandia y otros países investigaron el efecto del cambio del estilo de vida en personas con alto riesgo de desarrollar diabetes. La figura siguiente, que corresponde al estudio estadounidense, muestra que la tercera parte de las personas que no hizo cambios de estilo de vida (línea azul) desarrolló DT2 en el período de 3 años que duró dicho estudio.
En cambio en aquellas que cambiaron su estilo de vida (línea verde), el desarrollo de la enfermedad disminuyó un 58%.
El empleo de una droga (metformina-línea naranja), fue menos eficiente que los cambios de estilo de vida para prevenir el desarrollo de DT2 (33%).
Resumen: la adopción de un estilo de vida saludable previene efectivamente el desarrollo de DT2 en personas con GAA/TGA.
