¿Hay alteraciones de la glucemia que preceden a la manifestación clínica de la diabetes tipo 2?
Efectivamente las hay como describiremos a continuación luego de explicar para qué utilizamos la glucosa en nuestro organismo.
Primer enunciado: todas las personas tienen y necesitan una determinada cantidad de azúcar en sangre (glucosa), que no es igual a la que utilizamos para endulzar nuestra comida (azúcar común o sacarosa). Las células de nuestro cuerpo utilizan la glucosa como combustible para mantener la temperatura corporal, movernos, trabajar y en general, para desarrollar todas las actividades de nuestra vida.
Segundo enunciado: cuando las células no pueden utilizar glucosa, ésta se acumula en sangre (hiperglucemia). Actualmente decimos que una persona tiene diabetes (criterio diagnóstico), cuando su glucemia en ayunas es igual o superior a 126 mg/dL e igual o superior a 200 mg/dL dos horas después de una carga oral con 75 g de glucosa.
Tercer enunciado: denominamos glucemia de ayunas alterada (GAA) cuando sus valores en ayunas están entre 101 y 125 mg/dL y tolerancia a la glucosa alterada (TGA) cuando la glucemia a las dos horas posteriores a la ingestión de 75 g de glucosa disueltas en agua está por encima de 140 mg/dL pero no alcanza los 200 mg/dL.

Las personas con GAA o con TGA tienen un riesgo mayor para desarrollar DT2. Este desarrollo (ver más adelante) se puede prevenir en casi el 50% de los casos con cambios de estilo de vida, razón por la cual es importante su diagnóstico precoz.
Resumen: la GAA y la TGA representan estadios previos a la DT2; es importante su diagnóstico para prevenir su transición a DT2.