Actividad física y ejercicio

¿Por qué hacerlo?

Las conductas sedentarias constituyen una característica del estilo de vida moderna
que facilitan el desarrollo de enfermedades como la obesidad, la diabetes tipo 2 y
otros factores de riesgo cardiovascular.

Podemos considerar conducta sedentaria a actividades tales como labores de
oficina, estar sentado frente a pantallas de TV/computadoras o conducir. Se estima
que el 55%-70% de las actividades que se realizan diariamente (descontado el
tiempo destinado a dormir), son del tipo sedentario.

Algunas consecuencias del sedentarismo son: aumento de peso y del perímetro de cintura, de los triglicéridos, del colesterol total y disminución de la sensibilidad a la insulina.

¿Se puede cambiar esta conducta no saludable?
¡Afortunadamente la respuesta respecto al sedentarismo es afimativa!

Algunas propuestas para aumentar la actividad física y ponerse en acción

  • Todos los adultos y en particular las personas con DT2 deben reducir el tiempo dedicado a actividades sedentarias diarias: ello implica implementar pausas
    activas o saludables, “interrupciones” breves (10-15 min) realizadas durante la jornada de trabajo. Durante las mismas realizar actividades y ejercicios tales como estiramiento, movimientos de cabeza/cuello, hombros, cadera, brazos y
    piernas e incluso ejercicios respiratorios.

  • Aumentar la actividad física cotidiana: usar las escaleras, pasear al perro, estacionar el auto lejos del sitio de destino, elegir el camino más largo al hacer las compras y trámites y compartir actividades con los niños u otros familiares o amigos. Estas actividades pueden incluir ejercicios globales de fuerza como
    saltar, empujar, tirar o de coordinación y otros aeróbicos como, caminar andar en bicicleta y nadar.

  • Evitar estar sentado más de 30 minutos, realizar interrupciones de 3 minutos por cada media hora con actividades tales como ponerse de pie, caminar, movilizar
    brazos-piernas-pies o elongar. 


Resumen: todo movimiento consume más energía que estar en reposo siendo más útil si es planificado con objetivos bien definidos. Su práctica contribuye a regular la glucemia pues el músculo en actividad consume glucosa como combustible. Consecuencia: facilita el descenso de peso y la insulinorresistencia.

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